El peso anímico, sensorial o tonal que le damos a las palabras, son la base que el bebé aprende para posteriormente ir entendiendo el significado de éstas. En la musicalidad con que le hablamos a nuestro bebé se encuentra la base de nuestra comunicación con él.
Esto no se pierde. Seguirá siendo esta musicalidad nuestra mejor carta de presentación ante alguien nuevo.